GEM | Galería Emma Molina
Voy a Cantar Canciones sin Letra
** Extracto de la canción Un día, de Juana Molina.
31 de enero 2025 – 26 de abril 2025
La muestra nace sin la necesidad de una temática, festejando la libertad del acto creativo que pareciera, muchas veces olvidan los artistas; una de las tantas paradojas en su quehacer. Reuniendo un cuerpo de obra en distintos medios (video, fotografía, acciones, escultura y pintura) y realizado bajo la idea del: hacer por hacer, sin ningún otro propósito mas que el de hacer.
Naturalmente esta actitud, juego o estrategia creativa, devela una segunda paradoja. Y es que aun cuando no queramos hablar de algo, siempre estamos diciendo algo. De modo que el público no solo participa de manera contemplativa, sino que tiene la libertad de generar sus propias conexiones al tomar como punto de partida, las constantes que han acompañado el quehacer de Calixto en los últimos 20 años y que vuelven aparecer en las piezas reunidas en esta exhibición. Solo por mencionar algunas, podemos identificar el uso del cuerpo, paisaje (urbano y natural), objetos, tiempo o el vacío; así como, el trabajar bajo contexto al utilizar espacios y materiales propios de donde se encuentra. En este caso, son obras producidas entre Monterrey y Texas.
La obra pictórica se divide en dos. La primera (Paisajes abstractos de Monterrey ) es una pequeña serie en donde toma elementos orgánicos (plantas, flores), objetos producidos por la mano del hombre y la paleta cromática de la arquitectura de los alrededores de su estudio en el centro de Monterrey. Una colonia en transición y constante dialogo entre lo vernáculo, lo industrial y nuevas edificaciones sin identidad. Dando como resultado a una serie con una visión fragmentada y abstracta de determinado punto de la ciudad, que bien puede leerse desde la tradición pictórica del bodegón.
El segundo grupo (U.S. Highway 83 ), es un tríptico que toma como punto de partida la observación del paisaje Texano desde la ventana de un objeto en movimiento (coche o autobús). La secuencia no solo solo subraya la idea de movimiento, sino la influencia del ojo de la cámara en el trabajo del artista en el modo en que reencuadra el espacio pictórico. Al mismo tiempo, realiza un guiño al paisaje norteamericano, específicamente a Edward Hopper, su gusto por los viajes y la idea de observar a través de la ventana.
En El agua que se derrama, no se vuelva a recoger y Resistiendo un peso, nos presenta obras que desde el aspecto formal, Ramírez nos comparte otra de sus constantes. La cual es el entremezclar medios artísticos y que en este caso, toma como punto de partida la fotografía para explorar sus posibilidades escultóricas. En ambas piezas, podemos encontrar diálogos entre la bi / tridimensión, peso / ligereza o perdurable / efímero, develando el aspecto temporal y performático también presente en su trabajo, pero sin la utilización física del cuerpo. Ya que por ejemplo, en una de estas piezas la gota y el tiempo hacen su función en destruir o construir (según se lea) el montículo de papeles que yace sobre el suelo de la galería; y recordando, que el vacío es un aspecto fundamental del lenguaje escultórico. Lo cual, se hace todavía más presente en la escultura con 25 cajas de cartón con la incisión de la palabra SECO. Un juego de figura fondo que funciona como un comentario a las problemáticas de sequía no solo en el Estado de Nuevo León, sino en todo el mundo. Mostrando la precariedad y fragilidad a la que está sujeta el paisaje por la intervención de la mano del hombre.
Otra escultura es El silencio que nos une, en donde el artista utiliza conceptualmente el peso simbólico de los materiales al emplear dos rocas provenientes del río Santa Catarina. A las que les incrusta dos trozos de madera encontrados que han sido utilizados previamente para una cimbra de construcción y sutilmente están unidos por una cuerda de piano. Simulando la verticalidad de una pared montañosa o bien, un elemento que recuerda una edificación en las faldas de las montañas. Unidos por una tensión silenciosa en donde si alguien “toca” la cuerda del instrumento, podría perderse la estabilidad.
La muestra también acoge obras más clásicas dentro del lenguaje artístico que ha desarrollado Ramírez en los últimos años. En las cuales podemos observar la utilización del cuerpo realizando acciones dentro del paisaje y documentadas en fotografía y video. Si en Resistiendo el peso se nos muestra parcialmente el cuerpo al ser oprimido por el peso de una piedra, en Mezquite es el cuerpo que brota de abajo hacia arriba en un terreno árido. Haciendo referencia al crecimiento de una especie de planta extremadamente dura y tolerante a la sequía. La cual, es contrapuesta con Paso en falso, acciones de apenas unos segundos de duración que ponen en evidencia la fragilidad al utilizar lo roto, la caída y lo muerto, deformando el paisaje con el peso corporal. Por último, Dejo la noche, otra acción documentada en video que subraya de modo poético, la idea del tiempo en la obra de Calixto.
La idea de hacer por hacer que atraviesa esta exposición radica en que, al buscar la creación despojada de propósito, inevitablemente surge un significado. En su aparente vacío intencional, cada obra se convierte en un vehículo de reflexiones, tensiones y conexiones que el público completa desde su propia mirada.
Lo que parece ser un acto gratuito se revela como un ejercicio profundamente humano: la imposibilidad de crear sin comunicar.
Paso en falso, 2024
Dejo la noche, 2023





















Creditos de fotografías: Calixto Ramírez studio